Xavi toma el poder en el Barcelona
BARCELONA — Xavi Hernández fue presentado como entrenador del Barcelona el 9 de noviembre y al cabo de 38 días su poder se entiende absoluto en el club. Si alguien pudo entender su fichaje como un remedio de urgencia tras el despido de Ronald Koeman, apenas un mes después la figura del técnico catalán es indiscutible.
Sin que sea oficialmente un manager a semejanza de lo que ocurre en el futbol inglés, que es quien toma las decisiones en todas las parcelas que ocupan al primer equipo, e incluso en el filial, Xavi es, de facto, el manager general deportivo del Barça, el cargo que dibujó para él Víctor Font en su candidatura para las elecciones del pasado mes de marzo y que al cabo de nueve meses desempeña bajo la presidencia de un Joan Laporta que ha pasado de dudar de su capacidad a entregarse a él sin reservas.
Es un hecho que el poder de Xavi va más allá de la simple parcela deportiva. De entrada el nuevo entrenador aterrizó en el Camp Nou, como pretendía y se puso en duda en los días previos a su llegada, con el núcleo duro del staff que ya trabajaba con él en el Al-Sadd de Qatar.
Tal es así que la revolución en el cuerpo técnico del primer equipo azulgrana sufrió una auténtica revolución y en sus negociaciones con Mateu Alemany en Qatar le arrancó la conformidad de que le acompañasen hasta siete miembros de su staff. Trabajan con él desde el primer día en el Barça su hermano Òscar Hernández y Sergio Alegre como ayudantes principales, el preparador físico Iván Torres, los analistas, David Prats, Sergio García y Toni Lobo, y un fisioterapeuta, Carlos Nogueira.
La purga desde entonces ha sido constante. “Quiero conmigo a la gente en la que confío”, proclamó Xavi el día de su presentación y aquella no fue una frase vacía de contenido. Desde entonces cayó del primer equipo el fisioterapeuta jefe Juanjo Brau, muy criticado en los últimos tiempos y que llevaba 18 años en plantilla, y con él fueron despedidos de sus cargos Albert Roca, Xavi Linde, Jaume Bartrés, Raúl Peláez y Jordi Melero.
Los futbolistas se encontraron de un día para otro a un cuerpo técnico totalmente distinto, más allá del primer entrenador, y enfrentados a un día a día que poco, más bien nada, tenía que ver con el pasado. Y es que si a partir de la marcha de Luis Enrique en 2017 las normas de vestuario se fueron suavizando, la llegada de Xavi provocó un regreso al pasado que solo los más viejos del lugar recordaban.
“Tenemos un plan de ruta, una idea muy clara, todo planificado y vamos a ir a rajatabla con ello”, avisó el técnico y lo mostró desde el primer momento. Impuso una serie de normas desconocidas por la práctica totalidad de sus jugadores, comenzando por la obligación de llegar una hora y media antes del entrenamiento a la Ciudad Deportiva y la permanencia en las instalaciones para almorzar.
La carga de trabajo físico ha aumentado de manera considerable pero, además, las reuniones tácticas, visionado de vídeos y ejercicios tácticos han tomado mucho más protagonismo que antaño… Y no es lo único en que se nota la mano del nuevo entrenador.
INDISCUTIBLE
Si innegociable es su mando en el vestuario y todo lo que depende de él, Xavi también ha metido mano en el área médica. En cuanto llegó al club trasladó a Joan Laporta su intención de incorporar a Ricard Pruna y devolverle el mando del área médica. Pruna, que ya había ejercido este cargo, abandonó el Barça en 2017 y trabajaba en el Sharjah FC de Emiratos Árabes Unidos… Hasta que el miércoles se desvinculó del club y volvió al club, tomando el puesto que a finales de noviembre abandonó Lluís Til.
Los muchos problemas de lesiones y recaídas que han sufrido no pocos jugadores eran una situación que ocupaba al técnico y no dudó en revolucionar los servicios médicos del primer equipo, cayendo también Xavi Yanguas y ocupando su lugar Xavi Valle.
Quien pensara que Xavi Hernández iba a tomar un perfil bajo y se ocuparía solamente de dirigir al primer equipo se equivocó absolutamente. Y la demostración más palpable quedó patente con la dimisión del secretario técnico Ramon Planes, cabeza visible en cuanto a la planificación de fichajes y que viendo su pérdida de peso decidió dejar el club, quedando a partir de ahí la figura de Jordi Cruyff reforzada… Y la del entrenador puesta al frente de todas las decisiones a tomar.
A dos semanas que se abra oficialmente el mercado de invierno no han sido pocas las reuniones que ha mantenido el técnico con el presidente Laporta, el viepresidente deportivo Rafa Yuste, el jefe de futbol Manteu Alemany y el referido Jordi Cruyff para valorar la necesidad de reforzar la plantilla.
Pero si antes de su llegada las operaciones se tomaban de forma consensuada, ahora es él quien, en primera persona, tiene no solo la última palabra, sino la dirección indiscutible en cuanto a los nombres que quiere incorporar. Y el nombre de Ferran Torres es el ejemplo más palpable de ello.
El delantero del Manchester City es el jugador elegido por Xavi para reforzar la plantilla en el mes de enero y a la espera de conocer si el Barça está en disposición de ficharle por cuestiones del fair play financiero, el entrenador no se ha desviado ni un ápice de sus intenciones. Si meses atrás era Dani Olmo, del RB Leipzig, el jugador más valorado en el Camp Nou, hoy ese lugar lo ocupa Torres de la misma manera que todos los delanteros con gol, un déficit alarmante en el equipo, que están siendo sondeados (con Edinson Cavani en el primer plano) son por determinación de Xavi Hernández.
Hay quien considera que desde la etapa de Pep Guardiola no tenía el Barcelona un entrenador con tal poder de mando en el Barça… Pero los más veteranos van un paso más allá y recuerdan la figura de Johan Cruyff, de quien se decía que no se movía una hoja de papel en el club sin que él tuviera conocimiento. Y esto es lo que ocurre ahora con Xavi, quien centrado en recuperar a un equipo moribundo, también se ocupa de poner los cimientos para un futuro mejor sin dejar nada fuera de su control.
Porque a partir de aquí, casi de inmediato puede afirmarse, el club azulgrana trabajará bajo los designios del entrenador en cuanto a la composición de una plantilla a la que se quiere agitar al máximo para dar cabida a estrellas con visión de futuro y que cuenten con todo el respaldo de Xavi, que a la espera de conocer todos los condicionantes apoya sin reservas la contratación monumental de un Erling Haaland sobre quien se apostentaría la nueva era de un Barça donde el mando de Xavi Hernández es indiscutible.