Rosario Central se consagró campeón de la Copa Argentina

 

Luego de tres finales frustradas, Rosario Central logró levantar la Copa Argentina al vencer en la definición por penales a Gimnasia y Esgrima La Plata por 4 a 1, tras igualar 1 a 1 en el tiempo reglamentario, del partido disputado en el estadio “Malvinas Argentinas”.

El equipo “canalla” se había puesto en ventaja a los 19 minutos del primer tiempo con un gol de Fernando Zampedri, pero a los 6 del complemento igualó Lorenzo Faravelli, para el 1 a 1 final en el tiempo reglamentario.

De esta manera los dirigidos por Edgardo Bauza se clasificaron para disputar la Copa Libertadores 2019, jugarán la Supercopa Argentina ante Boca y rompió el maleficio de las finales perdidas ante Huracán (2014), Boca (2015) y River (2016). Gimnasia había alcanzado por primera vez en su historia la final del certamen.

Un primer tiempo trabado.

El partido comenzó siendo trabado, en gran medida por el nerviosismo de ambos equipos y la ansiedad de las hinchadas que le dieron un marco impresionante a la final. El paraguayo Ayala remató cerca, a los 6, desde la derecha, pero el partido estaba planteado en la mitad de la cancha, con mucho forcejeo y pocas ideas.

Sin embargo, recién a los 19 minutos el “canalla” pisó el área rival, y tras una mediavuelta de Zampedri que dio en el poste y una serie de rebotes, el delantero metió el botín derecho para abrir el marcador. Gimnasia sintió el impacto, porque Silva estuvo muy solo arriba, no conectó nunca con Tijanvich y tanto Comba como Faravelli también estuvieron imprecisos.  Encima un centro de Palot desde la izquierda lo conectó Zampedri y la figura de Alexis Arias evitó la caída de su valla.

(Fotobaires)

Gimnasia lo empató y todo fue a penales.

A los 6 Faravelli le robó el balón a Gil, y habilitó a Silva, quien encabezó el contragolpe que derivó en Comba y el centro perfecto para Faravelli, que de volea venció a Ledesma. Inmediatamente Bauza sacó a Gil y mandó a Ojeda, para no dar ventajas en el mediocampo y el partido se hizo abierto, con ida y
vuelta en ambas áreas.

Gimnasia se asentó en el juego, puso más actitud que el “canalla” y si bien tuvo altibajos, mostró más variantes para ir en busca del área rival. La intensidad hizo mella en los físicos de los jugadores y los cambios, tanto de un lado como del otro, hicieron que el partido fuera abierto y por ende muy abierto en el resultado. Sobre todo cuando a los 31 Silva le ganó en el salto a todos y el cabezazo lo sacó Ledesma en la línea, cuando parecía el segundo
gol tripero.

De ahí hasta el final todo fue emoción, sin mucho vuelo en el juego y así fue que llegó la conclusión y el empate que derivó en los penales, donde el “canalla” pudo gritar campeón.

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