Messi en la hora de la verdad con el PSG
BARCELONA — Leo Messi personalizó en agosto de 2021 el gran impacto en el mercado de fichajes. Aterrizó en el PSG como la guinda del pastel de un equipo imbatible a ojos del mundo del futbol y con la Champions League como mayor e indiscutible objetivo de la temporada. Una temporada que esta semana se asoma a la hora de la verdad.
Cuando se cumplen cinco años de su primer gran varapalo como futbolista del Barcelona en el Parque de los Príncipes el astro argentino buscará su redención enfundado con la camiseta del club francés. Enfrentado al Real Madrid y con los ojos del universo futbolístico fijos en el papel que ofrezca.
Campeón del torneo en 2015, el Barça de Luis Enrique dobló ajustadamente la rodilla en los cuartos de final de 2016 ante el Atlético de Madrid y un año después, en París, padeció la mayor goleada en Europa desde el 4-0 encajado en las semifinales de 2013 en Munich.
Como ante el Bayern, el equipo azulgrana fue barrido en el Parque de los Príncipes por el PSG que dirigía Unai Emery en un duelo que dio a pensar en su despedida de Europa, sin sospechar entonces que al cabo de dos semanas disfrutaría en el Camp Nou de una noche épica sentenciada por el gol a última hora de Sergi Roberto que significó el 6-1 y la impensable remontada.
Fue aquella una felicidad breve por cuanto la Juventus le aplastó en los cuartos de final… De la misma manera que al año siguiente fue remontado de manera inverosímil por la Roma, en 2019 por el Liverpool, en 2020 derrumbado en Lisboa por el Bayern Múnich y, por fin, en 20021, hundido por el PSG de Kylian Mbappé… Colega ahora en el equipo francés de un Messi a quien los hinchas esperan sin ninguna clase de excusa.
Si el aspecto mediático y financiero de su fichaje por el PSG ha sido suficientemente argumentado, multiplicándose los patrocinadores y convirtiéndose el club en uno de los referentes a nivel mundial gracias a una ‘colección de cromos’ insuperble sobre el papel, deportivamente la prestancia del crack argentino sigue sin alcanzar las esperanzas depositadas en él hace medio año.
La brillantez de Messi se ha visto en cuentagotas y su papel en la Ligue 1 no ha pasado de discreto, ensombrecido por la capacidad de un Mbappé que ha mantenido la consideración de indiscutible.
En lo que va temporada se ha perdido por diversos motivos médicos hasta 14 partidos oficiales (casi tantos como en las tres temporadas precedentes con el Barça) y en 14 choques disputados en el torneo local apenas si ha marcado dos goles, ninguno de ellos trascendentales como solían ser de azulgrana.
Con Mbappé disparado (12 goles en la Liga) y el equipo acariciando un nuevo título (suma 13 puntos más que el Olympique de Marsella a 14 jornadas del final del campeonato), la afición entiende innegociable que Leo sea el jugador diferencial en Europa, donde, cierto, su figura ha mantenido los parámetros esperados durante una fase de grupos en la que ha marcado cinco goles en cinco partidos de la fase de grupos, siendo su papel incuestionable para entender las victorias sobre el Manchester City y, sobretodo, la remontada al RB Leipzig.
EL RIVAL SEÑALADO
Ahora llega a París el Real Madrid, campeón por última vez en 2018 y que ha conquistado cuatro de los últimos ocho torneos y lo hace para cruzarse de nuevo con un Messi al que conoce de sobras y que en no pocas ocasiones, muchas, fue su principal ejecutor.
Desde 2006 y hasta 2021 el argentino se enfrentó en 45 ocasiones al equipo merengue y le marcó nada menos que 26 goles… Aunque bien es cierto que no vio puerta en los siete últimos Clásicos y perdió los tres últimos consecutivamente. De hecho, la voracidad de Messi con el Madrid empezó a decaer a partir de su inolvidable hat-trick en el Bernabéu de 2014 y en los siguientes 18 enfrentamientos con la zamarra azulgrana se conformó con la discreta cifra de cinco goles.
Pero cinco años después de sufrir un San Valentín horroroso con el Barça, el ánimo de la hinchada parisina estará pendiente de todos sus movimientos, esperando aquella genialidad que acostumbró a ver por televisión y que apenas ha disfrutado como propia en el Parque de los Príncipes. Al contrario de lo que sucedía en el Camp Nou, en el PSG no es Messi el centro de todo y la crítica periodística francesa es menos amable, mucho menos, de la que disfrutaba en España y especialmente en Barcelona.
Una final a doble partido en octavos es lo que afronta Leo a partir de este martes. Cumplidos los 34 años sus retos se entienden más allá de la Liga local y con la mirada puesta en el Mundial de Qatar, recuperar al cabo de siete temporadas el cetro de la Champions se dibuja como su mayor desafío a corto plazo. En París lo saben… Y no entenderían que, como aquel astro que hizo historia en el Barça, no mostrase su mejor repertorio en este duelo descomunal ante el Madrid.